13/08/2012

24.08.2012 23:36

La Asociación Art de Troya, organizadora Sonorama, asegura que no habrá edición próxima de este festival si no se firma con anterioridad a su celebración un convenio con el Ayuntamiento de Aranda. Así lo afirma el coordinador de este evento, Javier Ajenjo, al entender que la falta de la firma de un acuerdo con el compromiso de la administración local, como ha ocurrido este año, hace peligrar su funcionamiento. “Es la última vez que realizamos el festival sin un convenio previo”, afirma Ajenjo, quien no comprende “como 21 concejales no se ponen de acuerdo para aprobar unos presupuestos” viendo relegado al pueblo de Aranda a funcionar con unos obsoletos que datan de 2006.

 

 

Y es que la respuesta del Consistorio arandino con este festival, que se ha convertido en uno de los más importantes a nivel nacional y que, no sólo atrae a miles de personas, sino que promociona la ciudad en toda España, deja mucho que desear para los miembros de Art de Troya. A la falta de la ayuda monetaria para esta edición, que el año pasado fue de 42.000 euros para un presupuesto de 1,5 millones de euros, se suma el trato que se le da. “No se le trata adecuadamente y eso se tiene que acabar”, comenta el coordinador, que reclama más atención a través de una mesa de trabajo o una comisión especial. “No pedimos que exista un concejal sólo para el festival como sucede en otros sitios, pero es que este año la única reunión ha sido una Junta de Seguridad que se celebró el lunes, tres días antes del comienzo del Sonorama”, explica.

 

Sonorama Ribera ha cerrado sus puertas consolidándose otro año más. Por la respuesta del público, de 35.000 a 40.000 personas entre los cuatro días, y por la apuesta por los grupos nacionales. “Hemos alcanzado el punto máximo, porque la ciudad no puede recibir a más gente de la que viene ni el recinto puede acoger a más personas de las que vienen”, señalan desde la organización, desde dónde destacan un evento que en quince años no ha producido ningún altercado y que se caracteriza por la buena convivencia y el respeto de los participantes y de los arandinos.

 

Sonorama no sólo se limita al recinto ferial, donde tienen lugar la mayoría de conciertos, sino que saca la música al casco urbano de Aranda. Con ello se consiguen múltiples beneficios para la ciudad. Al auge que aporta a la hostelería y al comercio se suma la publicidad que supone el boca a boca de los participantes para dar a conocer Aranda. “Los bares se llenan porque esta gente consume, y no sólo bebe sino que también compran morcillas, vino y lechazo para llevarse. Además se les estropean coches, necesitan algo para la alergia o a otro le hace falta una chaqueta”, señala Ajenjo.

 

Entre las mejoras se encuentra la atención especial que se ha dado al recinto utilizado como zona de acampada, el parque General Gutiérrez, prestando más servicios a los visitantes, o la variación de la carpa electrónica de lugar consiguiéndose menos aglomeración.

 

En resumen, se suma por décimo quinta vez un Sonorama exitoso y desde Art de Troya se realiza una mención especial a los más de trescientos voluntarios, a las más de cien bandas que se han subido a los escenarios, a las personas que se han encargado de la infraestructura, luces y sonido de esos escenarios y, en definitiva, a todos los que han apostado por acudir a la llamada musical que se ha realizado desde la asociación nuevamente, apostando por un municipio que se conoce en toda la geografía nacional como el lugar donde se celebra el Sonorama: Aranda de Duero.